10 claves sobre el matrimonio cristiano

1. El matrimonio fue establecido por Dios mismo. Es un pacto sagrado, es la base para la formación del hogar y la familia, es un contrato civil, es la unidad de dos seres que se aman y que celebran su pacto delante de Dios y de la iglesia.

2. La familia, el hogar y la casa son términos diferentes. Ejemplo: los gitanos, los indígenas, los nómadas del desierto se trasladan de un lado al otro, pero mantienen su identidad como familia y donde esta se encuentre está el hogar.

3. Los distintivos básicos de un hogar son: la cualidad de relaciones que los una en lazos de amor; b. la ayuda mutua, c. la consideración, ch.la comprensión; d, el respeto mutuo, y e. el sacrificio de intereses personales a favor del bienestar de toda la familia. En fin es donde me siento apreciado, comprendido, amado, aceptado a pesar de mis deficiencias. Donde reina una atmósfera de amor, paz y seguridad.

4. El secreto de la felicidad de un matrimonio está en la conservación de una relación fuerte y firme entre Dios, esposo, esposa. En donde la pareja y sus hijos tienen una lealtad superior a la de sus propios deseos y pasiones. Es decir: el matrimonio tiene éxito únicamente cuando se sigue el orden de Dios y se deja que El ocupe en el hogar una posición superior.

5. En el matrimonio, en lugar de defender cada uno “sus derechos”, es mejor la alegría en el buscar el bien y la felicidad del cónyuge, ayudándose mutuamente a alcanzar el desarrollo personal máximo. No en la reprensión, sino en el servicio es donde se expresa el amor cristiano. Cada uno trata de entender el punto de vista del otro, busca llenar las necesidades de su pareja, en sus decisiones tratan de llegar a un acuerdo antes de proceder, mantienen transparencia en sus relaciones evitando las apariencias y los secretos.

6. En el plan divino se contemplan 6 propósitos del matrimonio: a. Compañerismo; b. complementación; ch. Unión; d. procreación; e. autoridad; f. Testimonio. También se dan cuatro características en la unión conyugal: a. Física, b. espiritual, c. Única, ch. Permanente.

7. Cuando existe la decisión de casarse, esta debe abarcar: a. La búsqueda y permanencia de una relación íntima con Jesucristo; b. fijar metas, ideales y prioridades; c. Medir o Buscar la madurez emocional; ch. Prepararse intelectualmente para el matrimonio; d. prepararse socialmente para el mismo; e. Dejar que Dios haga su voluntad.

8. Se debe decidir el orden de importancia que tendrán sus distintas actividades y ocupaciones en la vida, quizás podría preguntarse: ¿Son para mí más importantes los valores espirituales que los materiales? ¿los valores temporales o los de más larga duración? ¿cuáles actividades tomarán el primer lugar en mi vida? ¿qué quiero hacer de mi vida?¿qué clase de persona deseo llegar a ser y con quien serlo?

9. Cuando se está enamorado, es muy difícil para pensar claramente sobre la dirección de nuestras vidas y es posible que nos dejemos guiar más por el corazón que por la cabeza. Pero una decisión tan importante y permanente, que afecta tan profundamente la dirección futura de la vida, no se debe hacer sobre una base puramente emocional. Requiere serenidad, prudencia y tino.

10. La fábula “se casaron y vivieron felices para siempre” no es muy cierta, el matrimonio no es solo camino de rosas, surgen problemas. No es posible que dos personas distintas estén en armonía todo el tiempo, los dos esposos retienen su propia personalidad y el amor en sí no basta para cubrir estas diferencias. Pero la clave está en la madurez emocional, que es la capacidad de controlar las emociones en cualquier situación, de considerar racionalmente los problemas que se presenten, de escuchar y comprender el punto de vista de otras personas…

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